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Verdades... a medias

?Bien y mal?
Por :  Jos? Luis Guti?rrez Salas
2010-02-14 , 22:21:17

Al momento de debatir sobre temas delicados en los que las perspectivas personales hacen la diferencia en cuanto a la valoraci?n moral de los hechos, es importante se?alar la validez de los argumentos en contraposici?n de lo f?cticos que resulten. Es el caso de poner en tela de juicio el tema de los matrimonios entre personas del mismo sexo y su reciente introducci?n en el Derecho Positivo Mexicano. Por un lado existen los argumentos atendiendo a las cuestiones de ?ndole teleol?gico que redundan en el fundamento de la naturaleza intr?nseca del hombre; al extremo opuesto tenemos la argumentaci?n en contra de la libertad y la igualdad as? como la positividad del hecho, la argumentaci?n de la facticidad de la norma jur?dica.

Ambos argumentos topar?n siempre con pared, pues el sustento de los mismos llegan a terrenos de lo incomprobable emp?ricamente. Tomemos por ejemplo los argumentos de validez basados en que el hombre tiene un fin o una teleolog?a determinada. Es por este mismo fin que el matrimonio es en verdad una instituci?n que une a un hombre y una mujer creando el n?cleo de la sociedad, perpetrando los modos de vida y las costumbres. Si partimos de que los fines no tienen comprobaci?n no tendremos sustento para dicha teor?a.

En cuanto a los otros argumentos en cuesti?n, la mera facticidad y aplicaci?n de las leyes por estar sometidas a un proceso legislativo no resulta un argumento absoluto para el apoyo a las nuevas figuras en cuesti?n. Su positividad y autoridad ?nicamente fundamentan el llevar a cabo dicho ordenamiento, sin importar los motivos una vez aprobada la nueva ley. Al momento de reflexionar sobre la validez regresamos a la argumentaci?n sin sustento emp?rico.

Entonces la cuesti?n versa sobre s? se puede debatir a favor o en contra de dichas instituciones nuevas. La respuesta es positiva, pero cabe aclarar los l?mites de dicha afirmaci?n. Al momento de opinar habr? que fundamentar de una forma muy especial. No podemos recurrir simplemente a argumentos morales y valores, as? como costumbres, preestablecidas como lo correcto, ni tampoco ser tan corto de visi?n como para aceptar el ordenamiento tal y como es por su constitucionalidad. Habr? que ver las realidades y las consecuencias emp?ricas que implique dicho ordenamiento y su verdadera aplicaci?n.

No es tan extremo mi argumento de no tomar en cuenta finalidades en lo absoluto para poder emitir una respuesta bien fundada, tanto as?, que a pesar de ser una teleolog?a incomprobable, la m?s b?sica ser? la de la supervivencia. El matrimonio entre personas del mismo sexo en efecto afectar?a a dicho fin, pero la pregunta es cu?nto. Si bien la comunidad homosexual ha tenido un auge impresionante en los ?ltimo a?os, siguen siendo una minor?a; haya matrimonio entre homosexuales o no resulta intrascendente pues dichas personas continuar?n llevando una vida en com?n. Para tal efecto, no creo que se afecten, ni la finalidad b?sica de la supervivencia ni tampoco su derivado consistente en la efectividad econ?mica para la satisfacci?n de las necesidades de los seres humanos.

Caso distinto es el de la adopci?n. La socializaci?n primaria de infante determinar? en m?s de un 60% de los casos la mayor?a de sus conductas, incrementando en esa proporci?n la posibilidad de que los ni?os adoptados por estas parejas sigan el ejemplo de sus padres o madres. Tal tasa incrementar? potencial y proporcionalmente poniendo en peligro la reproducci?n humana dentro de muchos a?os. Los menores aprenden conductas y costumbres a trav?s de habituaciones, es decir, el ejemplo de la conducta que es ?correcta?. En mi personal opini?n permitir esta adopci?n es poner en peligro, dentro de muchos a?os, los dos fines ?nicamente necesarios e inevitables para la humanidad, la supervivencia y los medios de producci?n.

Por lo tanto, en lo que respecta la opini?n a emitir sobre las instituciones comentadas, desde un punto de vista materialista, es indiferente la existencia o no de un matrimonio entre personas del mismo sexo, pero la posibilidad de adopci?n por parte de ellos genera un peligro, futuro y muy distante pero peligro al fin, en cuanto a la supervivencia del hombre. Habr? que ver adem?s las implicaciones jur?dicas y todas la problem?tica que se desatar? por introducir instituciones inexistentes sin un an?lisis de correcto de fondo.

A pesar de ello, lo que deparen las costumbres y las habituaciones son consideraciones muy delicadas pues en el futuro las concepciones del bien y del mal pueden cambiar, llevando a una modificaci?n radical de lo generalmente correcto o incorrecto. Habr? que ver si verdaderamente el ordenamiento jur?dico se apegar? a las realidades o se convertir? en letra muerta al ser distinto a las conductas generalizadas.

Jos? Luis Guti?rrez Salas
Consejero Editorial
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