Las ciencias tienen las ra?ces amargas, pero muy dulces los frutos.
Arist?teles (384 AC-322 AC)
A lo largo de sus casi 100 a?os de existencia, la Escuela Libre de Derecho ha tenido como una de las caracter?sticas que la definen, la libertad de c?tedra de los maestros. A trav?s de su historia esta libertad ha tomado matices diversos y perspectivas m?ltiples, desde el punto de vista del catedr?tico as? como del alumno. El contexto social adem?s del creciente n?mero relativo de alumnos, provocando como consecuencia cierta despersonalizaci?n en la relaci?n maestro-alumno fueron algunos de los factores que le dieron tintes un poco diversos a dicha libertad.
En la actualidad la escuela se enfrenta algunos problemas del estilo, pues como se ha comentado con anterioridad, algunos maestros censuran determinadas opiniones por el hecho de una consideraci?n personal o criterios carentes de sustento verdadero sin someter dicho argumento a una investigaci?n por parte del alumnado. Por lo mismo, la calificaci?n del maestro, a pesar de su renombre o autoridad moral, llega a disminuir por el hecho de ?castigar? la verdadera investigaci?n. Por otro lado, hay ocasiones en que siendo un muy buen catedr?tico se le cr?tica con fuerza por su m?todo o sus ideas, incluso por sus h?bitos personales, sin tener en cuenta el factor de la promoci?n de la verdadera actividad investigativa.
Lo anterior va encaminado a un comentario personal sobre la c?tedra de Sociolog?a en el primer a?o grupo ?A?, impartida por el Lic. Rolando Ca?as. Dicha clase ha sido presa de innumerables cr?ticas, fundadas y v?lidas, pero casi siempre dejando a un lado el aspecto positivo de la misma. La cantidad de alumnos que aprueban dicha materia es m?nima, sus lecturas a lo largo del a?o son de muy dif?cil comprensi?n y que mencionar de sus horarios en las tardes de los viernes? pero hay que aceptar una cuesti?n fundamental: promueve la verdadera investigaci?n y acepta la ep?steme en contra de sus argumentos, sin censura y sin limitaci?n.
Sus lecturas versan, por lo regular, sobre temas controvertidos, opiniones que la mayor?a no compartimos e incluso repudiamos, pero ?no es el fin de la universidad tener al alcance todo el conocimiento posible y discernir en base a la investigaci?n y reflexi?n sobre la postura que habremos de tomar?
Quiz? en este tipo de cuestiones es donde cabe reflexionar qui?nes son los verdaderos maestros que fomentan la aut?ntica formaci?n universitaria, dejando de castigar con crueles comentarios doxos a quienes est?n llevando a cabo una noble pr?ctica formativa. Claro est? que la cr?tica en cuanto a sus aspectos negativos es completamente v?lida; la consideraci?n a realizar es ?nicamente para no estigmatizar completamente al maestro, sino tomar en cuenta y aprovechar lo mejor de su persona y de su clase.
Vale la pena intentar llevar a cabo un ejercicio de verdadera cr?tica hacia todos los maestros, dejando a un lado los estigmas y las reificaciones que se han plantado alrededor de sus t?cnicas e ideas; as? podremos acercarnos m?s a la verdadera idea de la UNIVERSITAS. No es f?cil en lo absoluto, de hecho es completamente lo contrario, pero como Arist?teles alg?n d?a lo mencion?, ser?n las ra?ces m?s amargas, pero sin duda nos traer? al final del d?a los m?s dulces frutos. |